El mundful se define como la toma de conciencia del momento presente, con aceptación y sin juicio. Muchas veces estamos en un determinado tiempo y lugar, pero nuestra mente y emociones están enfocadas en otra situación. Cuando comemos sucede lo mismo, con frecuencia cuando nos alimentamos no lo hacemos en forma consciente, prestando plena atención y disfrutando nuestra comida. La alimentación está muy vinculada a nuestra vida social, en cada reunión, celebración o festejo, nos juntamos a comer y tomar. También cada individuo genera una relación particular con la comida y en esta nota vamos a analizar algunas de estas variables. Para una mejor ampliación del tema, recomendamos el libro “A Guide to Rediscovering a Healthy and Joyful Relationship with Food” de Jan Chozen Bays
La alimentación tiene un componente emocional del cual muchas veces no somos conscientes, por eso es importante aprender a detenernos a analizar nuestras emociones. Cuando consumimos alimentos para saciar necesidades emocionales normalmente comemos de más sin siquiera disfrutar realmente lo que estamos comiendo, lo que ingerimos no nos satisface porque estamos cubriendo otro tipo de necesidad emocional. La angustia inicial o emoción negativa que teníamos y quisimos aplacar con comida no se va comiendo y peor aún, surgen nuevos sentimientos de culpa, juzgándonos, criticándonos y castigándonos por habernos excedido.
La comida es una forma de dar afecto, de demostrar amor y está ligada al vínculo emocional desde el momento que nacemos y nuestra mamá nos da de comer. La alimentación genera satisfacción y placer, pero también puede generar sufrimiento cuando nos cuesta controlar lo que comemos.
Culturalmente los alimentos también funcionan como sistemas de recompensas, por ejemplo de niños si nos portábamos bien, nos daban un chocolate. En algunos casos funcionaban también como sistemas de castigo, cuando nos quitaban el premio frente a un mal comportamiento o nos mandaban a dormir sin comer. Estas circunstancias muchas veces generan un vínculo específico con ciertos alimentos, el chocolate no es solo chocolate, hay emociones vinculadas y registros asociados al chocolate que tienen que ver con nuestro pasado. Para poder avanzar en el camino del auto-descubrimiento debemos poder observar nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras sensaciones y nuestros impulsos. A menudo comemos mirando la TV, el teléfono o el diario y no paramos cuando sentimos saciedad sino cuando no hay más comida en el plato. Esto sucede porque no estamos teniendo contacto con nuestro cuerpo, con nuestras sensaciones.
Muchas personas hacen dieta y logran bajar de peso, pero cuando terminan la dieta vuelven a recuperar los kilos perdidos. ¿Por qué? Porque no cambiaron realmente su relación con la comida. Las dietas restrictivas no terminan funcionando, lo que debemos lograr es poder tomar contacto con nuestras emociones para controlar lo que comemos, anclar nuestros esfuerzos apuntando a tener una mejor calidad de vida. No debemos comer hasta estar llenos, hay que identificar ese punto intermedio de saciedad entre tener hambre y estar llenos. Debemos lograr ser conscientes, no comer por aburrimiento, por rutina, para aplacar emociones negativas, comer cuando tenemos hambre, prestando atención a nuestros alimentos, disfrutando lo que comemos.
El objetivo del mindful eating es tomar contacto con el momento presente cuando comemos, analizar nuestras emociones, tener registro de nuestro cuerpo y de nuestras sensaciones físicas para alimentarnos de forma consciente.
También es interesante observar los efectos que tienen sobre nosotros determinados alimentos. Por ejemplo, el azúcar nos genera cansancio cuando se termina su efecto excitante, muchas veces causa irritabilidad, cambios de humor, adicción o ansiedad. Las grasas no nos ayudan a hacer actividades después de consumirlas. El alcohol actúa como un desinhibidor.
Entre las recomendaciones que nos aporta el Mindful Eating podemos mencionar los siguientes:
– Comer más despacio para ser más conscientes de nuestras sensaciones
– Prestar atención a nuestra comida y a lo que estamos haciendo
– Comer la cantidad adecuada de acuerdo al registro de nuestro cuerpo
– No comer por rutina, confiar en lo que nos pide nuestro organismo
– Hacer una ecuación energética de acuerdo a nuestras actividades
– Disfrutar la comida. Cuando tenemos atracones para aplacar determinadas emociones, ni siquiera los disfrutamos. La emoción inicial no se va y encima, le sumamos sentimientos negativos de culpa. Antes de comer es bueno parar y analizar como estamos a nivel emocional. Si estamos angustiados o nerviosos, debemos relajarnos antes de comer.